Para tener un sabor de la experiencia meditativa bastan 3 minutos y la silla en la que usted está sentado. Sin embargo, cuando se menciona esa idea de probar la meditación las objeciones son muchas, brincan rápido, y rara vez son vencidas.
En esta pequeña reseña comento sobre un posible origen de nuestra fijación con el uso de la mente, y por consiguiente nuestro gran problema con intentar silenciarla.